Podría decir tantas cosas sobre esta obra de arte -película se antoja un calificativo demasiado pobre-, todas ellas positivas, y aún así no le haría justicia.
Tan solo diré que ha sobrepasado con creces las espectativas que un humilde servidor tenía; que es un derroche de imaginación constante en cada minuto de sus dos horas y media de duración -las cuales se acaban haciendo cortas-; que hacía mucho tiempo -me remonto al estreno de El Retorno del Rey. allá por el año 2003- que no disfrutaba tanto en una sala de cine;
Y que, sin lugar a dudas, es cita obligatoria, más que para verla, para regalarse la vista.
Dos iguales para hooy!!...